1.- Los bebés porteados lloran menos.
El contacto con la mamá y el balanceo, crean un entorno familar para el bebé, pues crea la sensación de estar en el útero materno que lo calma, reconforta y le da seguridad.
2.- Puedes hacer muchas cosas.
Un portabebé te deja las manos libres, así que puedes hacer tu rutina diaria y al mismo tiempo estar al pendiente de tu bebé.
3.- 50% menos de reflujo y alivio de cólicos.
Si sufres de cólicos lactantes, la posición erguida de vientre con vientre de tu bebé y tú, te ayudará bastante a soportarlos todo gracias al calor que recibe de tu vientre.
4.- Aumenta la producción de lactancia.
Al estar en contacto con tu bebé, estimularás la producción de leche y ayudarás a mantener la lactancia.
Con un portabebé será más fácil amamantar y podrás hacerlo en cualquier momento ya sea mientras paseas o haces alguna compra, sin necesidad de pararte a buscar un sitio para irte a sentar.
5.- Alivia el dolor de espalda.
Es mucho más cómodo que llevarlo en brazos ya que nuestra espalda está preparada para soportar más peso que nuestros brazos, además de que tienes una mejor posición.